“La relación con Concomitentes nos permite hablar de temas que nos son afines”

Ha sido un proceso de más de un año, de autodescubrimiento, escucha, intercambio rico. La colaboración editorial de Concomitentes con Bartlebooth muestra un camino que hoy se concreta con la publicación de Mutaciones en el Espacio Público y que se abre a otros procesos y futuros lanzamientos. Los dos miembros de la editorial, Antonio Giráldez López y Pablo Ibáñez Ferrera, nos relatan desde su perspectiva cómo han vivido la génesis de este proyecto común, desde dónde aportan para ampliar la reflexión y conocimiento entorno a la práctica colaborativa, del espacio público, sobre la que piensa y opera Concomitentes.

¿Qué significa para vosotros esta relación con Concomitentes? 

ANTONIO: Sobre todo es la oportunidad de expandir ideas que nos interesan en torno al espacio público, a la participación con determinadas comunidades, a otros campos disciplinares que, a priori, no tenemos tan cercanos. Mirar el espacio público desde el arte contemporáneo es una oportunidad muy interesante, también entender esas otras posibilidades de comprenderlo, cómo median los encargos, yo creo que todo el proceso de Concomitentes es muy interesante y enriquecedor.

PABLO: Nuestro trabajo es en el entorno de la arquitectura, pero no es demasiado disciplinar, siempre está atravesado por otros procesos. En este sentido, Concomitentes encaja muy bien en esta línea, trabaja más en torno al proceso de cómo se construye el espacio que en torno a los resultados, más interesado en las metodologías o esa búsqueda de cómo explorar las formas de construirlo. De una forma operativa, también es bonito tener un proyecto a medio plazo, no muy habitual en nuestra editorial ni en nuestro mundo, lo que nos permite explorar otros ritmos de publicación y comunicación, incluso en cuestión de ritmos internos de trabajo. 

¿Cómo arrancan las conversaciones para empezar a construir esta relación?

A: Con Fran Quiroga habíamos trabajado en otras ocasiones, tanto en ‘A través das marxes’, como en ‘La fiesta, lo raro y el espacio público’, siendo siempre experiencias muy interesantes precisamente por poder mirar todos estos temas que nos son muy cercanos a nuestra línea editorial, pero mirados desde una perspectiva que para nada era la nuestra. Siempre habíamos sido promotores de nuestros propios proyectos, y muchas veces encontrábamos que nos faltaba tiempo y referencias o un conocimiento mucho más cercano de ciertos temas, que no podíamos tener. Es obvio, no podemos saber de todo en esta vida. Así, la relación con Concomitentes nos permite hablar de temas que nos son afines, pero no siendo nosotros las personas que detectemos esas referencias, sino apoyando.

P: Los anteriores proyectos que hemos hecho con Fran tienen el interés de que las publicaciones no son meros catálogos, ni meras extensiones de procesos más amplios, sino que se piensan como dispositivos en sí mismos, expanden muchas discusiones que si no has pertenecido al proceso no entiendes.

"En ese sentido, creemos que son proyectos con ambiciones de expandir o accesibilizar muchas cuestiones que muchas veces quedan dentro del proceso, que no son capaces de comunicarse o de abrirse a más públicos"

¿Cómo veis la proyección de esta relación a medio-largo plazo?

A: Nos parece bonito pensar en la autonomía del proyecto y de esta línea, pensar que hay unos intereses hablados y discutidos, consensuados entre ambas partes, y que a medio-largo plazo pudiera ser un soporte para otras voces. Hay un punto de partida, unas necesidades comunes bastante claras, pero tenemos ganas de que tenga una buena recepción para que pueda ir sumando voces, porque creemos que es un campo que no ha tenido tanto espacio o editoriales interesadas en él, al menos en el contexto español.

Concomitentes tiene como sello de identidad la participación ciudadana en sus procesos, ¿cómo incorporar esta visión en los libros?

P: Siempre decimos que nos interesa hacer accesible el conocimiento. No siempre lo conseguimos, porque muchas veces es difícil hacer llegar los temas que atraviesan los libros al gran público. Creemos que en este proyecto concreto hay esa voluntad de acercar el arte a la ciudadanía, entender cómo puede ser una herramienta de construcción del espacio, cuestionando lo que pasa en una ciudad, de cómo se construye todo. Creemos que es una visión muy acertada y que va en la línea de lo que queremos ser, lo que nos gustaría ser; muchas veces no es fácil de conseguir y muchas veces no lo conseguimos.

Este proyecto editorial con Concomitentes busca reflexionar sobre la adaptación del protocolo de Nouveaux Commanditaires al contexto español, ¿cómo percibís esta tarea desde un punto de vista editorial?

A: Es recorrer el camino inverso de lo que ya estábamos haciendo, hablando del espacio público o la ciudadanía convergen muchas disciplinas. Nosotros como editorial tenemos una mirada bastante particular, creemos que propositiva, acerca de todos estos temas de la arquitectura o de las prácticas espaciales críticas, donde se pueden dar cita todas esas personas interesadas para ampliar los discursos y aquellos a los que llegan.

"Ese es el punto fundamental, más allá de que nos guste implicarnos muchísimo con los proyectos en los que participamos, poner una capa extra de mimo y atención, una mirada externa a la hora de pensar los libros, lograr que salgan mejor las cosas"

P: Estar “fuera” del proceso creo que también es una posición interesante, las concomitancias están teniendo lugar en sitios diversos de los que estamos participando, eso nos permite ser capaces de expandir los intereses de las cuestiones que se están desvelando, ya que muchas veces cuando estás muy dentro de un proceso es difícil poder ampliarlo y llevarlo a otros públicos. Nuestra posición externa puede dar ese valor añadido a la publicación.