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“Este acto de reparación fue una contribución ciudadana para el cuidado de un parque tan enigmático como el Pasatiempo”

Entre finales del Siglo XIX y el primer tercio del Siglo XX, unos indianos crean en Betanzos (A Coruña) El Pasatiempo, un parque enciclopédico, además de la Casa del Pueblo, el Lavadero, las Escuelas, el Refugio y un Asilo. De aquel compromiso social de los y las emigrantes queda todo un legado que nos habla de patrimonio, de aprendizaje, de ocio, de masonería o filantropía, pero también de esas otras migraciones actuales, en las que Galicia es también un lugar de acogida. Con esta concomitancia queremos homenajear a esos actos de justicia social a través de la filantropía, pensar en el retorno y en el compromiso por la mejora del bienestar y a la vez cuestionar cómo no hemos sido capaces de mantener en un estado óptimo un legado que habla de nosotras y nosotros, y que dialoga constantemente con lo contemporáneo.

Galicia es un territorio eminentemente emigrante, de hecho, tanto el himno gallego como la bandera se estrenan en 1907 en La Habana. En 2015 más de 168.000 gallegos residían en Argentina, de ahí que Buenos Aires siempre se haya considerado la quinta provincia gallega. Este éxodo, que se inicia a mediados del Siglo XIX, ha condicionado vidas, imaginarios y hasta al propio territorio. Entre las cuestiones en las que la emigración se materializa, están esas poéticas del retorno que se dieron de la mano de los “indianos”, a través de actos filantrópicos diseminados por toda la geografía gallega.

A finales del Siglo XIX, estos emigrantes donaron parte de sus ingresos a escuelas que a día de hoy perviven, se estima que más de 250 escuelas o centros de conocimiento se crearon en esa etapa. Un ejemplo de esta filantropía fue la de los hermanos García Naveira, vecinos de Betanzos, que emigraron a Argentina y, tras su regreso, impulsaron actos benefactores, como la creación de un parque enciclopédico, la Casa del Pueblo, el Lavadero, las Escuelas, el Refugio o el Asilo, todo esto entre finales del Siglo XIX y el primer tercio del Siglo XX.

El parque del Pasatiempo, una de las creaciones de estos dos hermanos es quizá una de las construcciones más emblemáticas de la emigración gallega y la propia iconografía del parque es una muestra de ello. En este lugar, que cuenta en la actualidad con una extensión de 10.000 metros cuadrados de los 70.000 que llegó a tener, se pueden ver obras como el icónico árbol genealógico del capital, estatuas como la de la Caridad, el estanque del Retiro o la representación de la mezquita de Mohamed Ali del Cairo, así como grutas y cuevas que serpentean este recinto iniciático.

Los valores, creencias o relatos que emergen en este parque tienen una evidente relación con lo contemporáneo. No se trata de hacer una lectura histórica, sino más bien una resignificación que parte de la memoria, pero que ha de leer el presente. Para pensar este relato y la posterior producción artística, la propuesta se basará en un pionero ejercicio de aproximación a la ‘investigación - acción participativa’, a través de la que pensar cuál es el deseo ciudadano de realización de la obra artística.

La mediación en todo el proceso es una llamada abierta a la participación, a través de una labor de atención y escucha constante. Se desarrollarán un conjunto de acciones con las que generar un ecosistema de creación con el que tramar este proyecto y que, a la vez, sirvan como lugar desde el que generar un diálogo ciudadano sobre el propio Parque del Pasatiempo, la filantropía o las migraciones.

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