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Diario 02.10.2020

Jardines de escucha

Las bibliotecas ante la pandemia: escucha, reflexión y construcción de espacio público.



Hace ya unos meses, justo cuándo poco a poco nos íbamos desentumeciendo tras este parón inaudito, desde Ranganathan nos sumamos a un bello y necesario proyecto. Los jardines de escucha son un espacio de reflexión y pausa, o más de reflexión pausada, sobre diferentes cuestiones que subyacen a nuestras experiencias del confinamiento y la pandemia. Un espacio desde el que reflexionar a contra pelo de la ansiedad que define este momento que vivimos, para pensar en cómo se han visto alteradas nociones valor, frontera, aprendizaje, calamidad u oportunidad. Os compartimos aquí la carta con la que iniciamos la correspondencia, que detalla el proyecto.

 

14 de mayo, 2020

 Queridas y queridos:

Esperamos que estéis bien y que el Covid19 no haya dejado muchos malos momentos en vuestras vidas o que estos no hayan sido muy graves. ¿Os acordáis de cuando nos veíamos en vivo y discutimos sobre cómo queríamos que fueran las bibliotecas? En fin, todo se ha alterado, detenido, congelado, precipitado o lanzado a una actividad frenética (que de todo estamos viviendo).

Algunas pensamos que ha habido mucha incitación a la bulimia cultural en la respuesta de las instituciones y por eso queremos retomar nuestras sesiones para escucharnos aún antes de poder tocarnos. Queremos cambiar el bombardeo con “cultura para tragar” por una suerte de diálogo con las herramientas que nos permite la distancia.

Con Daniel Goldin, hay que atender a los conflictos que se están produciendo y por eso hay que escuchar. Para él la tensión no está entre lo analógico y lo digital sino entre la escucha/reflexión (por un lado) y los que no dan espacio para ver qué está sucediendo (por otro lado). Durante más de cuarenta días todo ha estado casi detenido y eso nos ha hecho pensar, desde Concomitentes, en la escucha, en la conversación. Las bibliotecas llevamos todo el siglo XX, y lo caminado del XXI, intentando convertirnos en espacios de acogida, en refugios, en esos terceros lugares (ni el trabajo/escuela ni la casa) que propician otro tipo de relaciones. Ahora esa posibilidad de encuentro físico está negada. No es fácil pero queremos salvar algo de eso mientras las salas están cerradas y las posibilidades de juntarnos muy limitadas (o desaparecidas, de momento).

La primera premisa es que nada de prisas ni de agobios. La segunda es que os necesitamos y queremos saber aquello que nos queráis contarnos. Os vamos a proponer participar en una conversación que se dará dentro del Grupo Ranganathan pero a partir de unas preguntas que también se están haciendo en México (la idea es de Daniel Goldin que ha montado allí un grupo de escucha y diálogo junto a Ramón Salaberria y Rafael Mondragón, Jardín LAC, que podeís descubrir a través del link que aquí compartimos); en Ubik, la Biblioteca de Creación de Tabakalera Donostia; en la Xarxa de Bibliotèques de Barcelona; y en alguna otra biblioteca que se pueda sumar además de la nuestra).

En cada "nodo" de este proyecto participan grupos distintos pero las preguntas serán las mismas y la intención es poder compartir los materiales y las ideas que se vayan generando. Empezamos esto cuando las condiciones del confinamiento están abriéndose pero esperamos y queremos poder mantenerlo en el tiempo.

Entro ahora en nuestra parte de la propuesta: Para activar el diálogo han propuesto, desde México, cuatro preguntas o cuestiones, que están consensuadas para que sean las mismas en todos los casos, y que os queremos lanzar. Hemos pensado en mandaros las cuatro juntas y que cada quien elija si quiere seguir el orden, y mandarnos respuestas sobre cada una en esa misma sucesión, o contestar solo a una cualquiera o empezar por el final. Vosotras podéis elegir el orden y el ritmo para responder. ¡Aunque la primera nos parece muy buen punto de partida y sería una pena dejarla de lado!

Nos interesa que habléis desde vosotras mismas aunque, por supuesto, las respuestas pueden generarse a partir de citas, lecturas, otros textos, imágenes apropiadas. ¡Ah! Porque otra cosa muy importante es que hay libertad en el formato de las respuestas: un texto o un audio o un audiovisual o una foto, un dibujo o la mezcla de varios. Eso sí, os pedimos que nos mandéis las respuestas por email. Nosotras recibiremos lo que nos queráis contar y articularemos respuestas o nuevas preguntas que se compartirán en la web de Concomitentes.

Aunque la web de Concomitentes será un muro para que otras personas puedan saber qué estamos contándonos habrá un canal de comunicación solo para nosotras a través del email.
Javier Pérez Iglesias, comitente de Biblioteca Bellas Artes

Por cierto, en lo que nos mandéis podéis hacer explícito que no se comparta en la web de Concomitentes o que sí pero de forma anónima. Y aquí van las preguntas/cuestiones sobre las que queremos dialogar:

1.Cómo has vivido estos días: ¿como una calamidad o como un regalo? ¿O las dos cosas?

2.Estos días anuncian una crisis que seguramente ha comenzado a afectar tu economía, tanto en tus ingresos como en tus gastos. Además de que nos cuentes cómo se han visto afectados ambos, queremos saber cómo percibes hoy lo que produce valor y qué es valioso (el dinero, la gratuidad, el esfuerzo, lo grato). Los lazos, las personas y las prácticas que han emergido para sostener la vida de la propia casa en los momentos en que el dinero no llega o se vuelve menos importante. Lo que vale la pena y las penas que no valen lo que cuestan.

3.¿Crees que el mundo que emerja a partir de esta crisis marcará fronteras diferentes? ¿Has visto la construcción de nuevos ghettos o lugares de encierro? ¿Has vivido nuevas formas de hacer lazo entre personas, regiones, edades o clases sociales?

4.¿Cómo sientes que se está transformando el aprender y el enseñar? ¿Qué se volvió innecesario, qué ha hecho crisis, qué está emergiendo y qué podemos fortalecer?

Para cualquier duda estamos a vuestra disposición en este email y nuestra mayor alegría será poder escucharos.

Abrazos, besos (¡todo lo prohibido!) y hasta pronto.