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Diario 29.04.2024

De maestrías, heroicidades y mediaciones

Reflexión sobre el proceso de mediación en su última fase, un momento en el que surgen temas como las formas de gobernanza o el vínculo construido que quedará una vez concluya la producción artística.



Hace unos días el escritor Luís Mateo Díaz recibía el premio Cervantes y titulaba su discurso “Vivir contando y contar viviendo”, hablaba en él del oficio de narrar, de la infancia, de los lugares donde escuchar a los mayores y de los héroes que no son héroes.

Los comitentes del proyecto participan en la construcción de las sebes, armazón de la obra artística. © André G.
Los comitentes del proyecto participan en la construcción de las sebes, armazón de la obra artística. © André G.

Escuchando su discurso no puedo dejar de pensar en la mediación que estamos haciendo en la comarca leonesa de La Sobarriba. Dice el escritor lacianiego: “La entidad de mis personajes no estaba, así, eximida de una incierta heroicidad, tan cervantina y quijotesca, en aras de una imaginación liberadora y redentora, siendo acaso héroes del fracaso, como así me gustó denominarlos, pero no por la precariedad de quien prescinde de la pasión de vivir, de la aspiración del vividor que puede fracasar en sus extravíos o ideales, a quien la realidad derrota con el sufrimiento de una voluntad herida o de un sentido común contrariado.” Así las/os comitentes son estos héroes y heroínas (con h minúscula) que no prescinden de la pasión para vivir, ni de sus ideales, ni de su sentido común por muy contrariado que esté.

Los comitentes, habitantes de La Sobarriba, construyen el armazón de su obra artística. © André G.
Los comitentes, habitantes de La Sobarriba, construyen el armazón de su obra artística. © André G.

Estas/os vecinas/os nos reunimos al calor de la imaginación para repensar cómo se está siendo la última fase de nuestra concomitancia, qué posibilidades se abren de gobernanza y co-gestión. Porque, desde las ruralidades sabemos muy bien, que solo mediante un buen uso del mundo podremos pervivir. 

Dice Ursula K. Le Guin en Los desposeídos que “para hacer un buen uso del mundo, para dejar de desperdiciarlo y también el tiempo que pasamos en él, tenemos que reaprender lo que significa estar en él”. Y estar en este territorio está significando reaprender a través de los maestros que lo han habitado; como Justo que se sentía alejado de la reivindicación de la Plataforma en Defensa de La Sobarriba, pero que gracias a enseñarnos a crear sebes ha comenzado a comprender cuáles son, pero también las está interviniendo, y nos está enseñando además a escuchar el suelo, el cielo, a las demás y a nuestro interior.

La obra artística es creación de Auxi Galvez y está compuesta por un armazón de sebes tejidas con un campesino local. © André G.
La obra artística es creación de Auxi Galvez y está compuesta por un armazón de sebes tejidas con un campesino local. © André G.

Y todo esto está sirviendo para comprendernos, a nosotras y a las organizaciones que nos acompañan, y comprender el lugar que habitamos desde las labores humanas y, en este caso inter-especies, es la labor en la que nos encontramos. Entrelazando paleras, cornejos, mostajos, silvares o aligustres. Pero también palabras, debates, silencios, heridas, pensamientos, frustraciones y alegrías. Porque más allá del acto real de entretejer naturaleza, existe el acto simbólico de entretejernos y enraizarnos al suelo pisándolo y construyendo nuevas posibilidades de habitar.

Entender la mediación desde ahí, desde esa idea de enraizamiento y entretejido; y también desde la heroicidad, desde la imaginación liberadora y redentora, en cuanto liberación mediante una acción, para lograr hacer los lugares dignos de ser vividos.