“Generar comunidades que puedan den respuesta desde el territorio a los retos ambientales es fundamental para conseguir este cambio cultural”

La comunidad de Couso busca convertir el bosque en un recurso de valor multifuncional y una fuente inagotable de recursos para lograr un bosque con mayor valor ambiental y un entorno más respetuoso con las especies arbóreas autóctonas. Con este marco de fondo, uno de los integrantes de la comunidad de este monte comunal, Xosé Antón Araúxo, abarca en esta entrevista los detalles de este proyecto y cómo se complementa con lo que se está haciendo en ‘Terra Común’, dentro del proyecto europeo ‘Art Living Lab for Sustainability’.

Cuéntame sobre el proyecto de vuestra comunidad en 'Montes de Couso', ¿cuáles son vuestros focos y vuestra identidad y objetivos?

La comunidad se formó en el año 1984, cuando se recuperaron los montes comunales, desde el franquismo y hasta ese momento estaban en manos de los ayuntamientos. En estos momentos somos 82 comuneros y comuneras, uno por casa que es lo que permite la ley, y todos los que estamos en estas "casas comuneras" participamos de las decisiones en asamblea.

En la directiva llevamos desde el año 2008, consideramos que el monte tiene un potencial brutal, no es solo producir eucalipto y pino, sino que hay más alternativas que se pueden ofrecer, apostando por un monte multifuncional, con proyectos educativos, de ocio y otros alternativos de madera y otros productos.

¿En qué momento pasas a convertirte en la mediadora de 'Tierra Común'? 

Mi primer contacto real es hacer un seguimiento al proyecto, porque realmente su práctica siempre me pareció muy interesante, creo que efectivamente el arte y la cultura son una herramienta esencial para la transformación de una sociedad.

En este caso, cuando Concomitentes me invita a formar parte del proyecto me hizo mucha ilusión, especialmente, en Couso, un lugar al que he estado vinculada toda mi vida porque mi padre me paseó por sus montañas "monte arriba" y "monte abajo".

Aparte de esta vinculación personal y profesional que tienes con el proyecto, ¿cómo valoras las herramientas del arte y la cultura, es decir, tus herramientas de trabajo, ayudan a afrontar las grandes urgencias y retos actuales?

La emergencia climática y todo el problema medioambiental que tenemos requiere de una respuesta urgente y rápida por parte de la sociedad. ¿Cómo conseguimos ese cambio? A través de un cambio cultural, que es un cambio de comportamiento, un cambio de las personas a nivel individual pero también de las comunidades a nivel colectivo.

Creo que el arte y la cultura nos ayuda a acercarnos a los diferentes problemas, retos y situaciones de una forma muy singular y permite hacer cosas juntas de forma distinta.

Por lo tanto, generar comunidades que puedan dar respuesta desde los territorios a estos retos, de una manera pues más precisa y rápida, es una herramienta fundamental para conseguir este cambio cultural.

¿Cuáles son los dispositivos, actividades y lo que está sucediendo en 'Tierra común' dentro de tu mediación? 

Utilizamos metodologías diferentes, desde los paseos por el monte para reconocer el territorio, conocer bien los proyectos, escuchar la memoria de las personas y todos sus saberes, entro otras que ponen en juego para procesos de este tipo.

Procesos donde, en realidad, toda la información parte de ellos, nosotros solo ponemos metodologías para que puedan analizarla desde otra perspectiva y abrir nuevos campos. Así, generamos conversaciones, hemos escrito y lo hemos compartido con lecturas en alto, vamos a hacer talleres dónde invitaremos a personas de otros territorios para compartir otros saberes sobre los comunes relacionados con los montes comunales.

Las metodologías son muy diversas y tienen que ver con lo que hablábamos antes: Cómo acercarse a los temas y hacerlo desde otro lugar para tener experiencias colectivas.

¿Cómo ha sido la recepción del grupo de comitentes de estas dinámicas?

La respuesta ha sido muy positiva, porque realmente ya son una comunidad y llevan siéndolo muchos años. Trabajan juntos con un proyecto común, muy desarrollado y que tiene muchísimas capas y una gran complejidad.

Es un proyecto muy completo, tanto a nivel cultural, como económico, como social, que cuenta con mucho impacto en el territorio. Entonces es una comunidad que ya está creada y que ya funciona, con lo cual, trabajar con ellos resulta muy fácil.

¿Qué herramientas traías en la maleta y aportas al proyecto?

La mediación es, quizá, una de las profesiones más complejas, ya que tienes que tener una experiencia laboral larga para desarrollar un proceso con comunidades muy diversas, con personas con diferentes capacidades, necesidades y sirviéndote de distintas metodologías. Hay que saber escuchar, recoger, vincular, preguntar…

¿Y cuáles estás desarrollando conforme va avanzando este proceso?

Cómo trabajan ellos en comunidad, esto es lo que el mayor aprendizaje para mí. Esta forma de trabajo de la comunidad de montes, no solo se practica dentro de la propia comunidad de montes, sino en la comunidad de Couso. Esto está haciendo que algunas personas jóvenes se vengan a vivir aquí, porque hay una forma de vivir y de compartir la vida y el territorio, de cuidarlo y de ayuda mutua muy interesante. No hay mejor aprendizaje que conocer esta realidad en profundidad.

Si tuvieras que visualizar el calendario de acciones próximas de la mediación ¿cuáles mencionarías?

Después de este encuentro de hoy, nuestra idea es hacer otro con las familias de la escuela infantil que hay aquí, algunas de estas familias son también comuneras y comuneros y creemos que es muy importante saber cuál es su relación con el monte y la relación que quieren tener con ese monte.

¿Y los retos de este mismo proceso?

Uno de los grandes problemas de estos proyectos es el relevo generacional. Por ello, involucrar a los niños desde pequeños en la comunidad es importante. La idea es ir avanzando para hacer emerger ese deseo común que pueden tener y definir hacia dónde quieren llevar la propuesta e intervención artística.

¿Y qué tiempos aproximados para arrancar la producción artística?

Nuestra idea es, más o menos, alrededor del mes septiembre poder hacer la carta de encargo al artista y empezar a trabajar con la persona que se defina a partir de septiembre u octubre.

¿Cómo gestionar la expectativa de un grupo tan consolidado y con un proyecto tan definido para que no coaccionen el proceso que puede aportarse desde Concomitentes?

Todo eso se hace a través de la metodología, lo que hay que hacer es escucharles, quien tiene que decidir qué es lo que hay que hacer son ellos. Nosotros tenemos que acompañarles y ayudar a que ese deseo se haga realidad. Ese es nuestro trabajo y un súper reto.